Sobre todo si vives en la ciudad. Conoce sus riesgos, soluciones para reducirla y qué precauciones tomar si eres deportista para alejarte de los malos humos.
La contaminación atmosférica deteriora gravemente el medio ambiente, pero también perjudica, y mucho, a la salud de las personas.
Especialmente en las ciudades, donde se concentra la mayor parte de los agentes contaminantes y más expuesta está la población a sus efectos. No en vano, según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren en todo el mundo 1,3 millones de personas debido a la polución urbana. Las causas de este tipo de contaminación son muy variadas, pero cuando hablamos de ciudades los estudios coinciden en que el tráfico rodado está detrás de una parte muy importante de las emisiones.
Los efectos de tráfico sobre la salud van desde molestias leves como la irritación de ojos o de nariz, hasta enfermedades respiratorias o cardiovasculares de diversa consideración que reducen la esperanza de vida.
Igualmente, el ruido del tráfico urbano tiene consecuencias sobre nuestro cerebro que provocan molestias y alteraciones psicológicas.
¿Por qué nos afecta la contaminación del tráfico?
A pesar de que la industria automovilística ha avanzado en los últimos años a la hora de fabricar vehículos más respetuosos con el entorno, estas mejores son insuficientes.
Hoy en día, la gran mayoría de camiones, motocicletas o autobuses circulan impulsados por motores de combustión de carburantes fósiles. En ese proceso, expulsan gases y partículas contaminantes como el dióxido y el monóxido de carbono, el óxido de nitrógeno o los hidrocarburos.
El problema se agrava todavía más en el caso de los motores diésel. Según el estudio Calidad el aire Urbano, Salud y Tráfico Rodado, elaborado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas de España, los vehículos equipados con esta tecnología contaminan cuatro veces más que los de gasolina debido a que emiten niveles muy superiores de dióxido de nitrógeno y partículas que permanecen en el aire.
A todo ello hay que sumar otras partículas originadas por el desgaste de los frenos, los neumáticos o el embrague, la erosión del asfalto, así como la contaminación acústica que genera el tráfico.
Transporte amigable con el medio ambiente
El teleférico es un medio de transporte público ha resultado amigable con el ambiente, porque no contamina el medio ambiente, ya que no usa gasolina ni diesel, no genera congestión vehicular ni caos auditivo.
Es un sistema de transporte por aire silencioso y amigable.
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