Cada vez más el tráfico obliga a las personas que viven en municipios dormitorio a cambiar ciertos hábitos en su movilidad de manera que puedan cumplir con sus obligaciones laborales.
“Cuando vivía en la capital, no tenía que madrugar o preocuparme por llegar tarde. Salía a las 7:00 y en 45 minutos estaba en la oficina”, agrega.
Sin embargo, ahora gasta mucho más en transporte desde el departamento hasta su lugar de empleo. Además, se enfrenta a más peligros como asaltos o accidentes vehiculares en el camino.
Cada vez son más los jóvenes, como Cifuentes, que deciden dejar sus hogares en los departamentos para evitar largas travesías hacia sus trabajos en la capital. Incluso, personas que viven en municipios de la ciudad, como San José Pinula, optan por rentar apartamentos para evitarse largas colas durante la mañana y tarde.
“De mi casa a mi trabajo hay 16 kilómetros, los cuales, sin tráfico, recorro en 45 minutos; con tránsito, en dos horas o más”, explica Carlos Velásquez, un joven que vive en una colonia de Villa Nueva.
Carlos se levanta cada día a las 3:00 horas para llegar a las 5:00 a su oficina. Esas horas las aprovecha para ir a nadar y desayunar, en lo que llega su hora de entrada.
“Gracias a Dios, en junio me mudaré a Mariscal y todo será más fácil, pero también tendré nuevos retos”, resalta. Con su propio salario deberá pagar la renta, electricidad, cocinar su propia comida, así como sufragar otros gastos.
El joven está considerando tomar cursos de cocina, ya que ahora tendrá que prepararse los alimentos que antes su mamá les tenía listos a él y sus hermanos cuando llegaban a casa.
En el caso de Cifuentes, comenta que para volver a considerar una mudanza tiene que ahorrar durante varios meses. “Pierdo muchísimo tiempo y regreso solo a dormir. Es algo que no puedo dejar de hacer”, señala.
Son las 4:00 horas de un lunes, en Santa Rosa. Karen Cifuentes ya está lista en una parada de bus, a dos cuadras de su casa. Tiene dos años de trabajar en una librería, en zona 14 de la ciudad y cada día, para llegar a tiempo, debe salir antes de las 5:00.
Aunque su hora de entrada es a las 8:00, llega a eso de las 6:00 a la capital. En esas dos horas, aprovecha para desayunar y algunas veces, cuando el cansancio es excesivo, aprovechar para dormir un poco en la oficina mientras llegan sus demás compañeros.
“Si no salgo antes de las 5:00, llego a las 9:00 o 10:00 de la mañana. Es un viaje cansado, pero no puedo fallar a mi trabajo”, indica.
Cifuentes cuenta que el año pasado vivía en un apartamento ubicado en la zona 10 de la ciudad, pero lamentablemente su presupuesto no era suficiente para continuar pagando la renta.
La Entidad Metropolitana Reguladora de Transporte y Tránsito de la Ciudad de Guatemala (Emetra) calcula que en tan solo 3 de cada 10 carros que circulan por la ciudad viaja más de una persona.
Es decir que en 7 de cada 10 vehículos únicamente va el conductor, lo que satura a diario el tráfico vehicular, parqueos y principales rutas de la ciudad.
En un día hábil circulan más de 1 millón 150 mil automotores en la capital, según estimaciones de la referida entidad. Compartir un automóvil o utilizar servicios de transporte alternativos reduciría considerablemente la cantidad de vehículos que circulan en horas pico.
Con esto, muchas personas no tendrían que madrugar como lo hacen para llegar a sus trabajos, ya que saben que al salir de sus casas no harán más de dos horas en el tráfico.
Las principales rutas de congestionamiento son la calzada Roosevelt, Villa Nueva, ruta al Atlántico, Calzada San Juan y carretera a El Salvador, en donde los pilotos hacen más de dos horas para llegar y otras dos para salir de la ciudad.
Fuente | Relato
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