Una apuesta en las alturas para una ciudad amigable, segura y sostenible, así es el transporte digno y de altura en Bolivia.
La ciudad despierta un día más y su gente se pone en movimiento… Micros, minibuses, trufis, taxis, radiotaxis y autos particulares pueblan las abarrotadas vías que comunican La Paz.
Es hora pico y eso significa humos, tráfico, empujones, ruido de bocinas… Llegar al destino en hora es el objetivo y “apúrese” el reclamo más escuchado.
Las necesidades de movilidad de los habitantes son varias y los servicios no son dignos: el tema del transporte debe mejorar. Y no es una demanda aislada, todo lo contrario.
El 91% de la población está de acuerdo en esto: consenso general. No es de extrañar, si se toma en cuenta un dato no menos interesante: el 74% de la población usa transporte público.
¿Qué mensajes envía esta postura casi unánime?
Inicialmente, se requieren acciones inmediatas que permitan cambiar el escenario tendencial vigente, caracterizado por la atomización de las unidades de transporte, la baja calidad de los servicios (incumplimiento de rutas, pagos por tramos, reducida frecuencia, inseguridad y carencia de servicios nocturnos).
En resumen, y como se venía adelantando, la calidad de vida de la gente que se moviliza en el transporte público tradicional se ha visto seriamente perjudicada porque pierde mucho tiempo en desplazarse de un lugar a otro.
Ante esta situación la opinión general es que el problema debe ser tratado de manera integral, es decir, no se puede hacer “borrón y cuenta nueva cada vez”, sino que se debe trabajar una estrategia de largo plazo.
¿Un futuro sobre ruedas?
Tener un auto es una aspiración social y una tendencia en ascenso impulsada por la bonanza económica que actualmente vive el país. Un dato ilustrativo: entre 2006 y 2011 el parque automotor se ha incrementado en un 80% en las ciudades latinoamericanas.
Todo esto indica que el problema de la congestión vehicular ha llegado para quedarse y que, lejos de moderarse, tiende a empeorar.
A además deben tomarse en cuenta otros factores como que los parqueos son insuficientes, hay mayor contaminación por el ruido y se da una menor utilización de transporte público.
En Bolivia el parque automotor se ha incrementado de manera notable. En el caso específico de La Paz y El Alto, en los últimos cinco años el número de vehículos ha crecido de 130.000 a 180.000.
Este aumento exponencial ha provocado el deterioro de la calidad del aire, el incremento de la congestión vehicular y el aumento de los accidentes de tránsito. Por consiguiente, afectó sustancialmente en la calidad de vida de los ciudadanos.
Una apuesta en las alturas
En un intento de paliar esta difícil situación a fines de 2011 surgió el proyecto Teleférico Metropolitano como una propuesta de Sistema de Transporte por Cable para La Paz y El Alto.
Varios son los fundamentos en los que se sustenta la implementación del programa de transporte por cable:
- Está dirigido especialmente a los sectores de menores recursos económicos.
- Que sea sostenible.
- Permita la conectividad de todos los medios de movilidad (peatonal, ciclovías, buses, etc.)
- Reduzca el consumo de combustibles fósiles.
- Que promueva la soberanía energética.
A estos principios se agrega una ventaja más: se reducirá significativamente el tiempo de viaje.
Movilidad urbana sostenible
Es importante recordar algo básico: la movilidad urbana sostenible se entiende como un concepto relacionado con la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía.
Este planteamiento supera el enfoque tradicional de transporte y tránsito, como conceptos estrictamente técnicos.
En La Paz no hay espacio para ampliar las avenidas, y es demasiado complejo construir un tren elevado o un metro, debido a la gran cantidad de ríos subterráneos.
Fuente | La Paz como vamos.
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