Los pasos de cebra son marcas blancas paralelas pintadas en el suelo que dan preferencia a los peatones sobre los vehículos en las carreteras y que generalmente permiten cruzar de acera sin peligro.
Son elementos indispensables en la circulación de personas por la vía pública, mientras que los coches deben respetar su señalización y paso de las personas. De no ser así, se pueden exponer a sanciones.
Sin embargo, un elemento que es clave en la disposición de las calles y viales de las ciudades no siempre ha existido, sino que su aparición es relativamente reciente, puesto que no fue hasta 1949 cuando empezamos a ver lo que hoy mundialmente se conoce como paso de peatones.
Existen dos teorías que explican el origen del paso de cebra, ambas además compatibles una con otra. Una se remonta a la Edad Antigua, cuando a pesar de que no existían vehículos había especies de pasos de peatones para la ciudadanía. En Pompeya, en tiempos de los romanos y los griegos por ejemplo, había adoquines dispuestos de forma paralela que unían acera con acera.
Pasos de peatones en Pompeya
Lo que permitían estos adoquines era cruzar de calle sin caer a la calzada, que según cuentan los archivos históricos estaban llenos de suciedad. Estos adoquines hacían que no se pisara la calzada. Si se ven las imágenes de estos adoquines, es evidente que recuerda a los pasos de peatones de hoy en día.
La siguiente teoría y la que sí explica el origen real de los pasos de peatones en la circulación de peatones y coches es del año 1949 en el Reino Unido. Por entonces, George Charlesworth, director del laboratorio de investigación de la carretera, estaba preocupado por el incesante aumento de atropellos que se sucedían día tras día. Cada vez había más automóviles en las calles y el peligro iba en aumento.
Experimento exitoso en el Reino Unido
Por eso, ideó pintar unas señales en la calzada por los que el peatón podría cruzar de forma segura. Se instalaron de manera experimental 1.000 pasos (primero de color azul o amarillo) por todo el país para comprobar su eficacia. El éxito fue inmediato y descendió de forma importante el número de atropellos.
Tal fue la efectividad que enseguida se aprobó una ley en el Reino Unido que propugnaba la instalación de paso de peatones. El primero que se pintó fue en Slough, el 31 de octubre de 1951.
Rápidamente los pasos de peatones se extendieron en todo el mundo. Las rayas blancas paralelas, combinado con el asfalto de las carreteras, recordaron a la piel de las cebras y por eso coloquialmente se conocen a los pasos de peatones como pasos de cebra.
Fuente | https://as.com/
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