En la actualidad, los desplazamientos en las ciudades son la base para el desarrollo social, económico y productivo.
Los hábitos de transporte que adoptan sus habitantes -claramente influenciados por su modelo de desarrollo urbano e infraestructura disponible para viabilizar el uso de distintos medios de transporte (peatón, bicicleta, transporte público, automóvil)- participan en las condiciones del medio ambiente y la salud de la población.
Por lo tanto, cuando estos se inclinan por hábitos de transporte motorizado se presentan mayores índices de contaminación del aire, y enfermedades en comparación con ciudades donde se privilegia al peatón, la bicicleta y el transporte público masivo, tal y como es el caso de Copenhague y los recientes esfuerzos realizados en la Ciudad de México, Guadalajara, Bogotá y Medellín.
Entre los agentes contaminantes del aire relacionados con los modos de transporte motorizado se encuentran los siguientes:
- Ruido: causado por los vehículos del tránsito vehicular, cuya intensidad depende principalmente de la densidad del flujo vehicular, la velocidad y el tipo de vehículos.
- Contaminantes químicos: En estos se incluyen el dióxido de nitrógeno, partículas en suspensión, ozono, óxidos de azufre, hidrocarburos, y principalmente, monóxido de carbono (CO2).
- El ruido del tráfico tiene efectos auditivos y psicológicos que pueden llegar a provocar afectaciones secundarias en la salud física.
Dentro de los efectos auditivos y psicológicos más comunes se encuentran la fatiga, las alteraciones en el carácter o estado de ánimo, la disminucion en el rendimiento de estudio o trabajo y alteraciones del sueño.
En relación a la salud física, una alta intensidad de ruido del tráfico por tiempos prolongados o constantes, podrían participar en afecciones como la hipertensión y altos niveles de colesterol.
Por otro lado, el monóxido de carbono se deriva principalmente del proceso de la quema incompleta de los combustibles como la gasolina. Particularmente este gas de características incoloras e inodoras impide en altas concentraciones el transporte de oxigeno a la sangre, lo que a su vez, disminuye significativamente la dotación de oxígeno al cerebro haciéndonos sentir somnolientos, dolores de cabeza recurrentes, y/o irritabilidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire representa un importante riesgo para la salud que se relaciona directamente a la carga de morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, disminución de la función pulmonar, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas como el asma y las alergias. Estimaciones de dicha organización del 2012, definieron que la contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo provoca cada año 3 millones de defunciones prematuras.
Transporte público amigable con el medio ambiente
En Ciudad de Guatemala se han planteado implementar un sistema de transporte público amigable con el medio ambiente, que no solo contribuye a mejorar la calidad del aire si no además no genera ruido como lo hacen los vehículos que circular en la pista: carros, motos, buses, camiones… etc.
El teleférico urbano se mueve electrícamente por lo que no genera contaminante CO2
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